martes, septiembre 25, 2007

Las cuatro mujeres de Dios: la puta, la bruja, la santa y la tonta

Las cuatro mujeres de Dios (la versión en español le agrega un subtítulo “marketinero”: la puta, la bruja, la santa y la tonta) es uno de esos libros que no te sueltan.

El francés Guy Bechtel realiza una nueva y profunda investigación bibliográfica sobre el nunca reconocido antifeminismo de la Iglesia Católica desde sus orígenes hasta la actualidad. Recurre el autor a textos latinos, autobiografías, textos de los padres de la iglesia, textos canónicos, etc.


El libro es atrapante: por él desfilan las penurias y malos entendidos por las que tuvieron que pasar esas cuatro (supuestas) categorías de mujeres en las que la Iglesia Católica decidió encerrarlas. ¿Por qué tantas hijas de campesinos pobres se hacían monjas? ¿Qué preguntaba el confesor a las mujeres sobre su sexualidad? ¿Qué pensó la Iglesia durante 2 mil años sobre la anticoncepción? ¿Qué piensa hoy? ¿Existía el lesbianismo y por qué no se lo censuraba tanto como a la homosexualidad masculina? ¿Qué querían decir con que era innecesario "embellecer la nada"? ¿Cuál era la razón para prohibir el maquillaje?

Repleto de anécdotas que pueden resultarnos urticantes hoy en día, el libro contribuye a esclarecer la actual posición de la Iglesia sobre la anticoncepción, el aborto y la reproducción asistida.
Datito extra para bibliófilos: desde la página 300 el autor discurre sobre las lecturas permitidas y prohibidas para las damas (entre las prohibidísimas: ¡la novelas!).

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jueves, septiembre 06, 2007

Sobre la poesía en el rock I.

Casualmente las hojas que en los discos vienen con las letras de las canciones se llama librito.
Casualmente.
Sobre el tema de la poesía o no en el rock, mucho está escrito, dicho y pensado.
Propongo continuar.
Proponerlo en un blog dedicado a la lectura, o mejor dicho, a los libros (hasta ahora).

Carlos Alberto García Moreno, Charly García, escribió en 1987 una letra llamada Adela en el carrousell.

A continuación, y en ocasión de esta primera entrega, sus versos:

Adela en el carrousell,
y los espejos son sonrisas,
la sortija un aparato de amor.

Adela en el carrousell,
y los caballos de madera
que la mecen y le mojan la piel.

Ten piedad, no seas así.
No le des patadas a los locos.
Ten piedad, no seas así.
Voy desvaneciendo sin tu amor.

El sol empieza a salir,
y en los jardines de su mente
hay estatuas que ella debe pulir.

La luna empieza a llorar,
y cuando todo es tan plateado
hay colores que no pueden entrar.

Ten piedad, no seas así...

Y a través de la sortija ella lo convirtió
en un caballo que gira y gira a su alrededor.
Tanto girar.
Girar es un efecto.
Tanto esperar.
Esperando que se haga realidad.
El se pasa girando sin parar.
Nada es perfecto.

Adela en el más allá,
es una estrella clandestina
que ilumina los despojos de amor.

El sólo quiere mirar
la calesita de los sueños
que se fueron y ya no volverán.

Ten piedad, no seas así...

N.D.A.: La música es tan genial como su letra.