sábado, diciembre 02, 2006


"Sí hay una estatua de mujer, llena de joyas, en medio de la selva. Te mentí a propósito. No quería que cayeras en supersticiones y brujerías Laurita. Te llevé a ver una ceiba para que aprendieras a vivir con la razón, no con la fantasía y los entusiasmos que tanto me costaron cuando era joven. Tenle prevención a todo. La ceiba está llena de espinas, filosas como puñales"

Este libro me llevó a viajar a México. Sí, los viajes empiezan mucho antes de subirse al avión. Se van gestando entre la mezcla de ideas y lugares probables, dibujándose en contornos imaginarios y datos históricos, impulsados por antojos personales que se condimentan de un cierto amor por lo desconocido. Quise ver, como Laura Díaz, los murales de Diego Rivera, pasear por el Paseo de la Reforma, abrazar la historia del último siglo de este fascinante país, tan excelentemente novelada por Carlos Fuentes, en este bello libro.
La mujer testigo es Laura, quien va transitando junto con la historia de México, por las distintas etapas de su vida: desde la niñez en la hacienda cafetalera de Xalapa hasta la adultez , se van mezclando las voces de la revolución, el Porfiriato, el arte plasmado en los murales y la influencia norteamericana.

La voz de la historia, contada por la voz de sus testigos, seres ficticios de carne y hueso con sus propias historias íntimas, que dan cuenta también, del relato de una época.
La edición es de Alfaguara, autor Carlos Fuentes, título original: "Los años con Laura Díaz"

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Leí hace tiempo esta novela, mi primer y último acercamiento a Fuentes, y la verdad es que no me entusiasmó. Si el trasfondo histórico es interesante, la voz de Laura lo hace demasiado 'femenino'.
Saludos.

16:11  

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